MEJORAMOS LA CLASE = AHORRAMOS ENERGÍA

Esta actividad que os desarrollamos a continuación, tiene su origen en el sistema asambleario de nuestra ecoescuela en el que las niñas y niños  tienen un papel protagonista con libertad para opinar, participar en decisiones del centro, transformarlo y mejorarlo. A raíz de una propuesta de nuestro alumnado surge una actividad que favorece impulsar su iniciativa para mejorar el medio ambiente, desarrollar el trabajo cooperativo, así como la metodología por programas y proyectos para abordar el trabajo curricular de forma significativa. 

En una asamblea, a final de curso pasado, nuestro alumnado de tercer ciclo planteó algunas mejoras que podríamos hacer en clase respecto a la decoración y la distribución de los muebles. A inicio de este curso, se realizó otra en la que se planteó “Qué podríamos mejorar en el colegio durante este año”. Siendo un centro Ecoescuela desde hace mucho, nuestras niñas y niños tienen ya interiorizado el tema ambiental, con lo que comentaron el hecho de que se podría mejorar la luz natural del aula, cambiando algunos muebles de sitio. Así que, con argumentos muy razonables y de forma muy simpática, nuestro alumnado de 11-12 años nos convencieron y el acuerdo fue claro y unánime: cambiar la clase.

Quisieron ponerse a mover muebles y libros al momento, pero se planteó la cuestión de si cabrían los muebles altos en las paredes que no tenían ventana y, de hacerlo, cómo estarían mejor. La ocasión necesitaba de matemáticas, así que se hizo una propuesta de trabajo y se desarrolló así:

1.      Se elaboró un plano de la clase y, en otra hoja,  la planta de los muebles, para recortarlos y así moverlos por el plano con el objetivo de ver más fácilmente las posibilidades de distribución. Para desarrollar esto se siguieron los pasos:

a.       Cada uno hizo una tabla de datos con los distintos segmentos de la clase (paredes, puertas, salientes,…) para recoger sus medidas reales y cómo quedarían a escala.
b.      Se hizo otra para los muebles, nombrándolos por letras y números y se les puso etiquetas a dichos muebles para identificarlos.
c.       Trajeron un metro por pareja y manos a la obra: empezaron a tomar medidas y a anotarlas en las tablas en la unidad (metros o centímetros) que considerasen adecuadas.

 




d.      Una vez tomadas las medidas, se les planteó la cuestión de si sabían hacer un plano a escala. Al no ser así, el profesor pasó a explicar: concepto matemático de escala, la proporcionalidad y a ensayar con ejemplos reales el paso de medidas a escala (valgan las redundancias) a la realidad y viceversa; es decir, teniendo el alumnado el interés por aprenderlo, es el momento de introducir el aprendizaje de contenidos.

e.      Una vez entendido, pasaron a hacer las operaciones: para que entrase el plano en una hoja a4, el profesor sugirió que se hiciera a escala 1:34. Por tanto, cada medida real tenían que dividirla entre 34. Así trabajaron numerosas divisiones con decimales, algunas de ellas con dividendos menores que el divisor (para lo que hubo que hacer repaso). Para hacerlo, algunas medidas tomadas en metros, se pasaron a centímetros; sencillo pero necesario para no cometer errores.

f.        Obtenidas las escalas, pasamos a dibujar y recortar muebles, haciendo uso adecuado de reglas y escuadras.




2.       Hechos los planos, se agruparon por tríos. Cada grupo, tenía que reunirse y plantear un proyecto de distribución del aula. Dicho proyecto, tendría que exponerlo cada grupo a los compañeros y, de las propuestas hechas, tomar una decisión para redistribuir la clase.

En esta tarea surgió la preocupación y duda de cómo quedaría estéticamente la distribución. Por tanto, se les sugirió hacer a escala la planta frontal de los muebles coloreando y dibujándolos tal como son. Estos se pegarían con blue-tack a las paredes también dibujadas escala para que cada grupo pueda moverlos durante su exposición. Por tanto, se hizo con un proceso similar al descrito en el punto 1, pero las paredes las hizo el profe y se repartieron los muebles entre los alumnos, ya que esto se estaba alargando mucho.


3.       Pasamos a exponer nuestras ideas y salió mejor de lo que se esperaba. No hubo una propuesta ganadora, sino que salieron ideas válidas de todas las propuestas lo que hizo que el valor cooperativo de la actividad fuese aún mayor (téngase en cuenta que el atuendo de algunos en la exposición es por la coincidencia con halloween).

    


4.       Manos a la obra: por fin decidida la distribución, había que ponerse a trabajar. El alumnado planteó como trabajar y qué trabajo repartirse cada uno. Acordaron tres cosas: trabajar en cadena para sacar los libros de la estantería y objetos del museo de clase; responsabilizarse por parejas de reordenar los elementos de cada una después de ser movidas; echar una foto a la estantería antes de vaciarla para asegurar después la ubicación de cada cosa.

 

Con todo esto, se consiguió un doble trabajo:

- Desarrollar competencias clave y contenidos del currículum de las áreas de matemáticas (escalas y planos, unidades de medida y cambios, operaciones con decimales, dibujo lineal básico), lengua castellana (expresión oral, estructuración de ideas, turno de palabra) y ciencias sociales (energía, toma de decisiones, organigrama en grupos y funciones). Conseguimos así un trabajo mucho más significativo y globalizador que trabajando estos contenidos por el libro, manifestándose en el hecho de que se interesaron por “cómo se hace”.

- Actitudinal: desarrollando de forma manifiesta las competencias autonomía e iniciativa personal, sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor, aprender a aprender, así como el sentido de la cooperación y la satisfacción colectiva.

Y por supuesto una clase con más luz por iniciativa de nuestro alumnado.






Comentarios

  1. Buénisima iniciativa y perfecta integración curricular. ¡felicidades a alumnado y profesorado1

    pepa

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